La domestication y las primeras utilizacionas del perro (parte 3/5)
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Bernard DENIS, Francia
Profesor Honorario de la Escuela Nacional de Veterinaria, Nantes
Ex-Miembro de la Comisión Científica del FCI
¿Cómo se domesticó al perro?
Seguramente, el hecho de que ciertos animales pertenecientes a especies predispuestas1 se convirtieran en domésticos pudo suceder de diversas formas. Aunque no se haya aplicado a todas las especies, la captura de animales jóvenes es un supuesto lógico corroborado por argumentos sólidos:
- argumentos etnológicos: las mujeres y los niños son propensos a criar animales jóvenes. Para los mamíferos jóvenes, la lactancia pudo efectuarse al principio por las mujeres (hoy aún, en sociedades primitivas, sabemos que las mujeres, por razones principalmente religiosas, amamantan cachorros, lechones o cabritos); más tarde, la existencia de hembras domesticadas facilitaría la lactancia cruzada;
- argumentos etológicos: una vez resuelto el problema alimentario, es necesario que para que haya domesticación se establezcan relaciones más estrechas entre el hombre y el animal. Sin duda, el fenómeno de impregnación (o huella) maternal tiene que ver en ello, pero pudo tener éxito sólo con especies que aceptaban impregnarse al hombre en general, no sólo a su cuidador, lo que avala la noción de especies predispuestas a la domesticación.
Normalmente se admite que la captura de animales jóvenes fue el factor que dio lugar a la domesticación del perro. Es probable que los cazadores prehistóricos se adueñaran de jóvenes lobeznos y los conservaran vivos por curiosidad encomendando su cría a las mujeres, bien por lactancia o por regurgitación de alimentos premasticados, y así los amansaban, tal como todavía puede observarse en numerosas sociedades de Asia del Sudeste, América del Sur y Oceanía2.
No obstante, no es imposible que interviniera otro mecanismo: la reducción progresiva de la distancia de huida de ciertos animales comensales hizo que acabaran acostumbrándose a la presencia cercana del hombre.3
Mujer amamantando cachorros, Musée de l’homme
CONSECUENCIAS DE LA DOMESTICACIÓN EN LOS ANIMALES
La domesticación tiene consecuencias muy importantes en los animales, que afecta a su morfología, anatomía, fisiología, psicología y estructura genética. La domesticación en sí misma genera modificaciones, gran parte de ellas sólo perceptibles mucho más tarde, a medida que se acentúa la influencia del hombre, pero lo clásico es presentarlas globalmente. Nos contentaremos con evocar a algunas de estas consecuencias.
Consecuencias morfológicas, anatómicas y fisiológicas
La forma de los animales domésticos es muy diferente a la de la de los animales salvajes. En los inicios de la domesticación, el formato (tamaño y peso) disminuye y el esqueleto se afina, factor que ha utilizado la arqueología para diferenciar los huesos de animales salvajes de sus congéneres domésticos4. Más tarde, disminuye o aumenta según el sentido de la selección y la calidad de la alimentación. Hoy, el margen de variación parece considerable en el caso del perro (de 600 gramos a más de 150 kg). El perfil y las proporciones varían también considerablemente: todos o casi todos los intermediarios pueden encontrarse entre los modelos Bulldog Inglés y Whippet.
En cuanto al color del pelaje, las variaciones son también significativas: el animal salvaje posee generalmente un solo pelaje, mientras que la diversidad es la regla en las especies domésticas. Los nuevos pelajes aparecen siempre al principio por mutación, pero la selección natural los elimina, debido sobre todo a un no reconocimiento de los mutantes por parte de sus congéneres: puede pasar que los padres maten al joven, o bien no habrá reproducción porque el nuevo pelaje crea una barrera sexual. En cautividad, la selección natural se ejerce de forma más tenue: el hombre conserva para la reproducción a los animales más sociables, respecto a él y entre ellos, y puede proteger y hacer que se reproduzcan algunos mutantes: los nuevos pelajes podrán entones mantenerse y desarrollarse. Particularmente interesante fue una experiencia de selección efectuada en Siberia con zorros plateados mantenidos en cautividad y criados para obtener su piel. Los primeros animales eran iguales a sus congéneres salvajes y, poco a poco, mientras que la elección de los futuros reproductores se efectuaba sobre el criterio de sociabilidad, aparecieron mutantes coloreados (principalmente manchas blancas) que pudieron transmitir su característica sin problemas. Lo mismo ocurrió con otras particularidades morfológicas (principalmente en la cola).5
En lo que respecta a las consecuencias anatómicas, podemos señalar modificaciones relativas al encéfalo, bien conocidas: los animales domésticos suelen tener un cerebro reducido en peso y volumen en relación a sus congéneres salvajes. También es habitual hablar del alargamiento del tubo digestivo, y en carnívoros domésticos de la tendencia a un menor desarrollo de la mandíbula. En el plano fisiológico, nos contentaremos con mencionar mejores capacidades de reproducción: madurez sexual más precoz, prolificidad aumentada, alargamiento del período sexual, etc.
Consecuencias psicológicas
Son importantes. Se caracterizan por la “neotenia”, según la cual los animales domésticos, en sus relaciones con el hombre, tienen comportamientos infantiles, característicos de las relaciones madres e hijo y entre jóvenes. Esto puede explicarse por el hecho de que el criador, que se relaciona con los animales desde su más temprana edad, reemplaza poco a poco a la madre para satisfacer las necesidades alimentarias, jugando pues un papel que los etólogos llaman “supermadre”.
No siempre es fácil identificar los comportamientos infantiles, pero en los carnívoros domésticos conocemos dos buenos ejemplos: el ronroneo en el gato y el juego del perro con su dueño.
1 : Contrariamente a lo que se podría creer espontáneamente, cualquier especie no es necesariamente domesticable: existen factores de predisposición cuya presentación sale del marco de nuestro propósito. No hay que confundir “domesticación” con “amansamiento” ni con “ganadería”. Animales de especies salvajes pueden amansarse perfectamente o utilizarse para la ganadería sin por ello merecer el calificativo de “domésticos”.
2 : DIGARD, J.P., “Essai d’ethnoarchéologie du Chien”, Ethnozootechnie, 2006, n° 78, 33-40.
3 : Es lo que piensa particularmente COPPINGER, op. cit. (ver nota 7).
4 : Podemos estimar fácilmente que los primeros perros apenas sobrepasaban los 50 cm en la cruz.
5 : BELYAEV, D.K., “Destabilizing selection as a factor in domestication”, Journal of Heredity, 1979, 70, 301-308.